Pandemias
A fondo

Pandemias, grandes descubrimientos y coincidencias felices

La medicina ha tenido que enfrentarse a grandes retos desde la Antigüedad, como la peste negra que asoló Europa, África y Asia en el siglo XIV, o la gripe española que surgió en Estados Unidos.

Las pandemias han sido cíclicas en la historia de la humanidad, desde la peste negra o la gripe española, hasta la actual provocada por el Covid-19. El siglo XIV fue el de la peste negra, cuando entre 1346 y 1347 estalló la mayor epidemia de la historia europea que podría haber alcanzado al 60% de la población.

Sus orígenes estarían en la actual Feodosia, en la costa suroriental de Crimea, a orillas del mar Negro, que en el siglo XIV era un enclave comercial genovés llamado Caffa. La ciudad era considerada por los italianos “la reina del Mar Grande” y el khan de la Horda de Oro Jani Beg la pretendía. Carlos Aitor Yuste y Jon Arrizabalaga afirman en el volumen Esto no estaba en mi libro de Historia de la Medicina que las tropas mongolas asediaban Caffa cuando de repente se desató la peste entre sus filas y mató a centenares de soldados. Ante la imposibilidad de tomar la plaza, el khan ordenó montar las catapultas y lanzar los cuerpos de los fallecidos a la ciudad para sembrar el pánico.

Los historiadores no se ponen de acuerdo en si fueron los cadáveres los que propagaron la peste o si la bacteria, conocida como Yersinia pestis, penetró a la ciudad a través de las ratas infectadas y las pulgas. El caso es que numerosos comerciantes huyeron de la ciudad rumbo a Italia y llevaron la peste a Génova. Un año después, la enfermedad se había extendido por toda Europa y asolaba Asia y África.

Víctimas de la plaga

No era la primera vez que Europa vivía el caos de una pandemia. El militar ateniense Tucídides narra en su Historia de la peste ateniense, cómo 30.000 ciudadanos, incluido Pericles, murieron a causa de una enfermedad infecciosa, provocada cuando los habitantes del Peloponeso envenenaron los pozos de agua. Aquella peste fue en realidad una epidemia de fiebre tifoidea, provocada por la bacteria Salmonella tiphy, según recoge el médico, escritor y divulgador científico Pedro Gargantilla en su libro Historia curiosa de la medicina. También una plaga de lo que se cree fue viruela o sarampión acabó con uno de los grandes personajes de la historia: el emperador romano Marco Aurelio. Fue llamada plaga Antoniana o peste de Galeno, se inició en el año 165 d.C. y acabó con la vida de más de 5.000 personas.

Pericles murió en Atenas de fiebre tifoidea junto a 30.000 ciudadanos, y el emperador Marco Aurelio falleció por una plaga de sarampión o viruela

Los médicos a lo largo de los siglos han tenido que enfrentarse a otras enfermedades que han afectado a un gran número de población. Es el caso de la tuberculosis o peste blanca. Se sabe que es una enfermedad muy antigua porque se han encontrado lesiones en momias egipcias del 3700 a.C. La viruela ha representado, también, todo un reto para la medicina. Provocó la muerte en agosto de 1742 de Luis I de Borbón, que con 17 años solo pudo gobernar 229 días; y mucho antes, la de Ramsés V, cuarto faraón de la XX dinastía de Egipto. Hasta que no se encontró una vacuna —la primera en la historia— la viruela mataba en la Europa del siglo xviii unas 400.000 personas al año. Muchísimo antes, los antiguos habían observado que quien superaba la enfermedad no volvía a pasarla y en el año 1000 d.C. se empezó a experimentar con formas rebajadas de la enfermedad, recuerdan Carlos Aitor Yuste y Jon Arrizabalaga. Se tomaban muestras de las costras contagiosas de los enfermos y se dejaban secar durante un año para reducir su efecto. Luego se convertían en polvo y se inoculaban a pacientes sanos. Era una auténtica ruleta rusa. 

 

La primera vacuna

A finales del siglo XVIII, los investigadores se dieron cuenta de que las campesinas que ordeñaban vacas infectadas con la variante bovina de la viruela solo desarrollaban síntomas leves de la enfermedad y decidieron inocularla a personas sanas. En 1790, el médico inglés Edward Jenner fue un poco más allá.

El médico inglés Edward Jenner inyectó al hijo de ocho años de su jardinero el pus de una pústula de viruela, vacuna procedente de una granjera infectada

Jenner inyectó al hijo de ocho años de su jardinero el pus de una pústula de viruela, vacuna procedente de una granjera infectada. El niño, pese a estar en contacto con el virus, no enfermó. El médico lo repitió con otras 23 personas con el mismo resultado y en 1789 nació la primera vacuna de la historia. Tal fue el éxito que empezaron las vacunaciones masivas y hasta Napoleón Bonaparte ordenó vacunar a todo su ejército.

A lo largo de la historia ha habido otras pandemias como la de la gripe española, cuyo paciente cero murió en Kansas (EEUU) el 11 de marzo de 1918. Fue llamada así porque durante la Primera Guerra Mundial España era neutral y reportaba diariamente los casos de fallecidos por esta enfermedad. Los países que participaban en el conflicto bélico preferían no hacerlo porque temían desmoralizar a su población.