El personal de enfermería ha recibido formación específica y hay enfermeras expertas que hacen visitas personalizadas y que se han centrado en minimizar el dolor.

El Hospital de Barcelona, pionero con una unidad especial contra el dolor

El Hospital sin Dolor nace con el ánimo y la vocación de los equipos profesionales de Assistència Sanitària y del Hospital de Barcelona de mejorar la calidad de vida de las personas en su postoperatorio.

Assistència Sanitària y el Hospital de Barcelona han puesto en marcha un plan especial que marca como prioridad estratégica el control y minimización del dolor, según la evidencia científica actual. Por ello, se ha creado y establecido la Comisión Clínica Hospital sin Dolor, una unidad multidisciplinar para que este sea un objetivo de calidad del centro. También se ha puesto en funcionamiento la Unidad del Dolor Agudo (UDA), un dispositivo asistencial centrado en la atención integral a los pacientes que puedan sufrir dolor. Según el Dr. Miquel Gómez, director médico del Hospital de Barcelona, “hoy en día tenemos muchas herramientas para minimizar el dolor y no debemos asumirlo como una experiencia inevitable; controlarlo y reducirlo después de una intervención es esencial para facilitar una recuperación más rápida”.

Los avances en la ciencia y la tecnología han permitido, mediante nuevos fármacos, contar con tecnologías y procedimientos de enfermería innovadores, así como mejorar la calidad de vida de las personas ingresadas, evitando al máximo el sufrimiento tras una intervención quirúrgica. En línea con las tendencias más actuales de humanización de la atención, Assistència Sanitària y el Hospital de Barcelona han iniciado este proyecto para que el Hospital sin Dolor sea una realidad.

Como las personas no sienten ni el mismo dolor ni con la misma intensidad, el tratamiento es individualizado. Con la necesaria implicación del paciente, el personal de enfermería evalúa periódicamente su dolor de 0 (inexistente) a 10 (insoportable) mediante la Escala Visual Analógica (EVA). Los valores sirven para controlar si la analgesia pautada es efectiva o hay que modificar la dosis. En función de cada caso, se determinan la vía –intravenosa, epidural o incisional– y los dispositivos de administración de analgesia, a menudo controlados por el propio paciente, con supervisión del personal sanitario.

Con toda la información se generará un registro de bases de datos para controlar el dolor que permitirá obtener indicadores específicos, así como una evaluación de los resultados y la implementación de medidas para la mejora continua del programa

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